Recetas veraniegas en el libro

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Recetas veraniegas en el libro Cocina Vegana

En verano apetece menos cocinar y sobre todo comer cosas calientes, pero no todo en la vida van a ser potajes 😉

En el libro Cocina Vegana tienes bastantes recetas veraniegas y otras que sin serlo se pueden adaptar perfectamente. No queríamos que fuese un libro «de invierno» precisamente, si no algo que te ayudase en cualquier época del año.

Patés y untables

Por ejemplo, y empezando por el principio del libro, tienes toda una sección de patés y untables que vienen genial para hacer sándwiches frescos y bocadillos, para comer en casa en cualquier momento o para llevar de picnic.
Muchos de estos patés y cremas vegetales están hechos a base de legumbres, así que es una buena forma de tomarlas sin necesidad de pasar calores.

El paté de lentejas y nueces (página 28) se hace en un momento aunque tengas que saltear las lentejas unos minutos, y para mí es de los mejores patés para picar y para llevar.

La muhammara (página 32) se hace en un momento y no necesita ninguna preparación especial, es batir y dejar enfriar. Muy buena para tomar con unas aceitunas por ejemplo.

El paté de tomates secos y garbanzos (página 34) se hace casi igual que un hummus de garbanzo corriente y le podemos añadir más cosas como por ejemplo anacardos o nueces. Este me gusta mucho para hacer rollitos o wraps con lechuga, pepino, brotes, etc.

Cremas, purés y sopas

En este apartado es todo de cuchara, pero no tiene por qué ser necesariamente caliente. Las cremas y sopas frías son muy típicas del verano, como el gazpacho, el salmorejo, la vichyssoise o el ajoblanco.
Pues igual que estos ejemplos tan famosos podemos hacer otras cremas y sopas frías.

La crema de zanahoria (página 42) está especialmente buena fría. Incluso podemos ponerle leche de coco para un toque más refrescante, exótico y sabroso.

La crema de calabacín y puerro (página 48), como comento al final de la propia receta, es muy parecida a una vichyssoise sin patata y cebolla. Queda muy ligerita, bien para beber o tomar con cuchara. Solo tienes que dejar que se enfríe y acompañarla de hojas que den frescor, como la hierbabuena o la albahaca.

En la página 52 tienes una receta de sopa de miso que vale la pena probar en verano. En algunas regiones de Japón se hacen sopas como esta pero frías (Hiyashi-jiru o hiyajiru), incluso añadiendo hielos para que estén bien frescas. No tengas miedo de probar a que se enfríe por completo antes de tomarla, seguro que te gusta.

Hazte cremas y sopas frías
Si no sabes qué hacer para no repetir plato o para comer algo fresco, siempre puedes preparar gazpacho, salmorejo o vichyssoise. Innova añadiendo otros ingredientes no tan típicos, como remolacha, sandía o fresas.

Tapas y picoteo

Los calabacines en vinagre (página 64) son para mí un clásico del verano. No requieren esfuerzo y quedan estupendos, refrescantes… Saben como los boquerones en vinagre, pero con calabacín. Tras un tiempo de reposo el calabacín se vuelve muy tierno en esta macerada que hacemos, así que la diferencia en textura es mínima. Yo recomiendo dejarlo de un día para otro, o 48 horas, agitándolo alguna que otra vez para mezclar bien.

La tortilla de patatas sin huevo (página 66) para mí está más buena fría, así que en verano la hago, dejo que se enfríe y a la nevera. Alguna que otra vez me he desayunado una porción de tortilla vegana con un par de rebanadas de pan integral tostadito 😉

Las patatas al grill especiadas (página 72) son de esas cosas que muchas veces tengo en la nevera. Cuando hago procuro poner bastante cantidad y así tengo para otros días. Después me es muy fácil montar cualquier plato incluso si no tengo tiempo. Unas patatas al grill, un poco de brócoli, una brocheta de tofu…

Los rollitos frescos (página 78) están especialmente pensados para el verano. La mayoría de ingredientes son de temporada, ¡y son muchos! Que sean unos rollitos no significa que tengan que ser sosos o tener más lechuga que otra cosa. Usa lo que tengas en casa y lo que esté de temporada. Ponles aguacate en tiras, cebolleta y todo lo que te apetezca.
Puedes rociarlos con zumo de lima antes de comerlos, que le da un frescor extra.Y en lugar de obleas de arroz puedes usar hojas de lechuga para envolverlos.

Los rollitos de col china (página 80) son cocinados, al menos el relleno, pero piensa que puedes hacer lo mismo con otros rellenos. Para que las hojas estén tiernas y enrollables solo tienes que blanquearlas, así que puedes rellenarlas con lo mismo de los rollitos frescos y unas almendras y semillas.

El falafel (página 84) para mí entra solo, sea invierno o verano. Siempre que lo mantengamos refrigerado después de que se enfríe la textura será más o menos buena. Ya sé que no es lo mismo que crujientes recién hechos, pero si los metemos en un táper antes de que se enfríen se condensará el vapor de agua que siguen soltando y quedarán muy blandurrios. Para conservar la textura lo mejor posible deja que se enfríen en una rejilla y después ya puedes refrigerarlos.

Comida rápida de preparar

Con esta sección pretendo que tengas recursos rápidos pero muy sabrosos y saciantes para cualquier estación del año. No hay una sección de «ensaladas» porque cualquier ensalada se hace en un momento. Vaya, ¡las ensaladas son comida rápida! 🙂

La ensalada de berenjenas con miso (página 92) es una de las recetas que más gustan por su simplicidad y su explosión de sabor.
Lo único que tienes que cocinar son las berenjenas, y son unos minutos, lo justo para que queden tiernas y dorar el miso. Y si lo haces con calabacín, más rápido aún.
Después añádele todo lo que quieras, por ejemplo semillas de lino rotas, uvas sin pepitas, tomates secos, o incluso unos daditos de tofu fresco.

La ensalada de pepino y calabacín con lentejas germinadas (página 94) es un buen ejemplo de cómo hacer ensaladas con legumbres. En lugar de cocerlas las he germinado en casa, como suelo hacer en verano con las legumbres: lentejas, judías mungo, garbanzos, etc., pueden germinarse como cualquier otra semilla y comerlas crudas. Solo tienes que dejarlas germinar lo suficiente para que estén tiernas, y eso depende del tamaño de la semilla. Para mi gusto las lentejas entre 2 y 3 días desde que empiezan a germinar, y los garbanzos 2-3 días más. Vamos, siempre puedes probarlas cuando les cambies el agua y decidir cuándo te gustan más.

La ensalada de patata con veganesa de aguacate y lima (página 96) es una receta que he variado muchas veces. Lo que mantengo es que contenga las patatas, manzana y zanahorias y una veganesa, que a veces es de aguacate y otras veces es de tofu o de zanahoria. Después añado lo que tengo. Si no tengo espárragos no pasa nada, le puedo poner tirabeques. En lugar de maíz, edamame. Remolacha en tiras también, que queda muy rica, canónigos en vez de espinacas, col rizada, floretes de coliflor crudos, aceitunas… Es un plato que llena bastante pero que está genial para llevar al trabajo.

La ensalada picante de pepino y algas (página 98) es más un snack o acompañamiento para amantes del picante. Puedes omitir las algas si quieres y en su lugar poner calabacín en vinagre (receta en la página 64), que también quedará genial, o unos encurtidos en lonchitas (pepinillos, berenjenas, aceitunas, etc).
Si la quieres más picante aún ponle unos chilis rojos picaditos finos.

La ensalada de garbanzos, champiñones y rúcula (página 100) está pensada para tomar templada o fría, así que puedes hacerla perfectamente y dejar que se enfríen los ingredientes en la nevera. Es otra de las recetas que ha gustado mucho y para mí es genial porque te comes una buena ración de legumbres casi sin darte cuenta.

La empanada de no-atún con tomate (página 122) es un poco más elaborada pero a cambio tienes una pedazo empanada de 6 raciones que fría está buenísima. Cuando se enfríe refrigérala envuelta en film transparente para evitar que se reseque el pan.

Cereales

¿Nunca has probado el cuscús frío? Prueba la receta de la página 130 con o sin verduras al vapor, las puedes poner crudas perfectamente, de hecho el calabacín y la zanahoria espiralizados quedan estupendos.
Cuando el cuscús esté templado, casi frío, esponja de nuevo los granos para que no se haga un mazacote. Después puedes dejarlo en la nevera para que se enfríe del todo.

La paella (página 134) se suele comer recién hecha, pero si dejas que se enfríe, como solían ponerla de tapa en los bares, queda estupenda. A mí me gusta mucho la textura que adquiere el arroz una vez frío, más sueltecito y entero.

La receta de pasta con salsa fresca de tomates marinados (página 144) es especialmente veraniega. Para que esté bien fría lava los tallarines bajo el grifo y se enfriarán en seguida. Escúrrelos muy bien antes de mezclarlos con el tomate. Y bueno, como comento en la receta, podemos macerar más cosas junto con el tomate (o en lugar de éste). A mí me gusta ponerle berenjena asada (y ya fría) y unas tiras de calabacín cortado en juliana.

Guisos, potajes y estofados

Vale, de aquí no todo es muy veraniego, pero la primera receta de esta parte, la de seitán esponjoso (página 150) te sirve para preparar brochetas, sándwiches, bocadillos y lo que te apetezca. El seitán es fácil de hacer y después cunde un montón, por eso es algo que hago con bastante frecuencia.

Dulces y postres

Empanaditas de melocotón y arándanos, receta del libro Cocina Vegana

De esta sección casi todo es fresquito, veraniego y apetecible, claro.

Los petit suisse de fresa (página 186) son un postre muy rico que tampoco es tan complicado y si aprovechamos la fruta que esté de temporada podemos hacerlos con otros sabores. Por ejemplo de cereza, melocotón, nectarina o ciruela. Solo hay que mirar que no queden muy líquidos.

El semifreddo de albaricoque (página 188) es un helado más elaborado que el polo común y corriente. Como verás en la receta es una mezcla de helado y merengue casero hecho con aquafaba (el líquido de los garbanzos). Si lo que quieres es hacer un helado más simple, no hace falta que hagas el merengue italiano. Haz el resto de la receta y ponlo en poleras.
También puedes hacerlo con otras frutas, como frambuesas, melocotones, arándanos…
Si quieres más recetas de polos y helados mira aquí, que tengo unas cuantas ya subidas.

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Virginia García
Chef en CreatiVegan
Investigadora y gastrónoma incansable y autodidacta al frente de CreatiVegan y Gastronomía Vegana, intentando hacer recetas accesibles a tod@s sin renunciar al sabor propio de la alta cocina. Ciencia, creatividad y tecnología se dan la mano.